Lituania es un pequeño país que poco a poco se ha ido ubicando en el radar del turismo gracias a sus múltiples ofertas turísticas, tanto por la belleza de su naturaleza como por sus cautivadoras ciudades. Es un destino fascinante con sitios que parecen sacados de un cuento, los cuales merecen ser descubiertos.
Vilna
El itinerario comienza por Vilna, la capital de Lituania, y una de las ciudades con mayor encanto de este país. Su casco histórico es uno de los barrios medievales mejor conservados en Europa del Este por lo que se aconseja conocer de punta a punta. Y es totalmente posible ya que no posee grandes dimensiones.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, entre sus edificios más emblemáticos se destaca la Torre de Gediminas, que ofrece unas vistas increíbles de la capital, y sus asombrosas iglesias de estilo barroco, como la Catedral de Santa Ana. También se puede sumar al recorrido la visita al barrio bohemio de Uzupis, el paseo por el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y conocer a la Puerta de la Aurora, la única puerta defensiva rodeando Vilna que se mantiene hoy de pie.
Al ser una importante ciudad universitaria destila una gran energía, ofreciendo una gran variedad de bares y restaurantes con increíbles terrazas donde pasar un agradable momento.
Kaunas
Es la segunda ciudad más grande y visitada de Lituania, con un casco histórico de lo más lindo.
Uno de los principales sitios de interés es la iglesia de San Miguel Arcángel, con una gran influencia de las iglesias ortodoxas de Rusia, al haber sido construida cuando Lituania formaba parte del Imperio Ruso.
También es buena idea conocer el Castillo de la ciudad, el emblema de Kaunas, y la antigua calle peatonal Vilniaus, además de un paseo muy original por el Museo del Demonio, lugar donde se pueden encontrar obras de varios países relacionadas con los demonios.
Trakai
Cerca de la capital se encuentra la ciudad de Trakai que cuenta con paisajes que son una maravilla natural, y que forman parte del Parque Histórico Nacional Trakai.
Pero su atractivo mayor es una isla en el medio del lago Galvé, lugar donde se encuentra un imponente castillo medieval construido entre los siglos XIV y XV. Anteriormente funcionaba como residencia de los duques del Gran Ducado de Lituania, hasta que se construyó otro palacio en Vilna. Hoy en día se puede realizar un recorrido por su interior y se utiliza también como sede de exposiciones y conciertos.
Colina de las cruces
Uno de los paseos más especiales por este país es el de la Colina de las Cruces, cercana a la ciudad de Siauliai, un sitio donde se pueden encontrar más de 100.000 ejemplares de cruces, de diferentes formas y tamaños.
Aunque sus inicios resultan inciertos, la teoría más fuerte es que los locales comenzaron a colocar las cruces allí en honor a los caídos en las dos rebeliones que resultaron un fracaso contra la Rusia del Zar.
Actualmente es un símbolo de la resistencia y de la fe cristiana, y un lugar sorprendente y muy movilizante para conocer.
Klaipeda
Es la ciudad más antigua de Lituania, con un gran impacto de la cultura alemana, que se deja ver en la arquitectura de sus edificios en su pintoresco casco histórico.
Es una ciudad portuaria, sobre el Mar Báltico, con propuestas interesantes como se puede mencionar el paseo por la Plaza del Teatro, la caminata junto al río Dane y disfrutar de la comida que ofrecen sus restaurantes y bares. Además, funciona como la puerta de entrada al famoso Istmo de Curlandia, uno de los lugares que resultan obligatorios en una visita a Lituania.
Istmo de Curlandia
Durante el viaje por este país no debe faltar la oportunidad de conocer esta franja de tierra angosta y alargada con el Lago Curlandia, por el este, y el Mar Báltico, al oeste. Estas particularidades geológicas, por las que logra tener dos orillas muy diferentes entre sí, son el motivo por el que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El sector más conocido de los 98 kms. de largo se encuentra sobre territorio lituano, pero cabe aclarar que la mitad de este fenómeno pertenece a Rusia.
Y otro de los lugares que se encuentran en el istmo de Curlandia, y resulta muy peculiar para visitar, es la Colina de las Brujas. Es un paseo por el bosque donde se pueden ver 80 esculturas de madera sobre leyendas y cuentos tradicionales de la cultura de Lituania.
Palanga
Se considera la capital de veraneo de Lituania ya que en los meses más calurosos recibe a una multitud de turistas locales, y cada vez a más extranjeros.
Es una ciudad de costa sobre el Mar Báltico que presenta playas de aguas cristalinas con una extensa oferta en cuanto a hoteles, bares, restaurantes, boliches y sitios de entretenimiento para asegurar una estadía de lo más placentera para cualquier persona que la visite y esté buscando un descanso.
Anyksciai
En esta pequeña localidad se encuentra uno de los lugares de esparcimiento más interesantes que permite maravillarse con la naturaleza que la rodea. Se trata del Treetop Walking Path, una pasarela de 300 mts. de largo entre los árboles, con alturas que llegan a los 35 mts. del suelo.
Es un plan ideal para realizar con niños y disfrutar de las vistas panorámicas a medida que se avanza por el trayecto.