Malta es el país más pequeño de la Unión Europea por lo que resulta un destino turístico ideal cuando no se dispone de muchos días para recorrer. Y aunque su tamaño sea reducido, este archipiélago de tres islas del Mediterráneo tiene mucho para ofrecer para hacer que la visita sea una experiencia inigualable, entre la belleza de sus playas y las culturas milenarias.
La Valeta
La capital de Malta es una de las joyas arquitectónicas que se debe visitar durante el viaje a la isla. Es una ciudad pequeña, de hecho, la capital más pequeña de Europa, pero con mucho encanto que obliga a perderse por sus calles estrechas, repletas de rincones cautivadores con sus balcones de madera de gran colorido.
Si bien por su tamaño se puede recorrer bastante rápido es aconsejable tomarse el tiempo para ir descubriendo sus monumentos, y maravillarse con las panorámicas que ofrece a cada paso. Es una ciudad muy cuidada, en la que se puede apreciar el buen estado de conservación de sus edificios, por lo que caminar sin rumbo resulta una muy grata experiencia.
Entre sus mayores atractivos se pueden mencionar los Jardines de Upper Barrakka, con unas vistas inmejorables; el fuerte de San Telmo, un ícono de la historia de Malta; el Palacio del Gran Maestre, donde actualmente reside el Parlamento; y la concatedral de San Juan, con un interior que merece la pena conocer.
Marsaxlokk y St. Peter’s Pool
Este pueblo de pescadores es uno de los sitios más pintorescos y lindos para visitar durante la estadía en Malta. Lo más característico de este lugar es ver el puerto repleto de las clásicas embarcaciones maltesas de madera, denominadas Iuzzu, logrando un paisaje lleno de color al estar pintadas de azul, amarillo y rojo.
Al lado del puerto se ubica un mercado que ofrece artesanías y recuerdos de la zona, además de cubrir la oferta gastronómica, con bares y restaurantes que cuentan al pescado, por supuesto, entre sus platos principales.
Y no muy lejos de allí se puede realizar una excursión hacia una de las maravillas naturales de la isla, St. Peter’s Pool, una pileta natural de agua azul profundo situada entre rocas. Es posible entrar al agua bajando por una escalera o haciendo un salto desde las piedras, pero eso es solo para los más aventureros.
Mdina
Mdina, como la antigua capital de Malta, encierra una historia que la convierte en una visita muy interesante para realizar, además de contar con una arquitectura de estilo medieval asombrosa. Es por este motivo que fue el sitio elegido para filmar varias escenas de la serie Juego de Tronos.
Tiene un patrimonio histórico muy rico como la catedral de San Pablo, el Palacio del Gran Maestro Vilhena, la puerta de Mdina o el Palacio Santa Sofía, pero es un pueblo tan mágico que se recomienda deambular por sus calles elegantes donde con seguridad se pasará un momento muy placentero.
Y si se dispone de más tiempo es un excelente plan acercarse a descubrir el pequeño pueblo cercano de Rabat. Aquí lo que más destaca son las catacumbas romanas de San Pablo y Santa Agatha, que garantizan que la caminata desde Mdina valga la pena, y también la Basílica de San Pablo.
Pueblo de Popeye
Un escenario fuera de lo común es acercarse a conocer el pueblo que se construyó especialmente para el rodaje de la película de Popeye en el año 1979. No se trata de un pueblo real, sino que funciona como un pequeño parque de entretenimientos.
De todas maneras, aunque resulta una buena opción si se viaja con niños, si no se quiere pagar el valor de la entrada se puede observar la escenografía montada desde un mirador muy próximo para tener el recuerdo de uno de los lugares más fotografiables de Malta.
Sliema
Es la ciudad preferida para hospedarse durante el viaje por Malta, al ser la más comercial del país, con grandes ofertas hoteleras y gran variedad de tiendas y restaurantes. Además está bien ubicada, resultando la más práctica para la movilidad, ya sea en auto, contratando tours o en transporte público.
La guinda del postre en Sliema es que desde allí se pueden apreciar también las mejores vistas de la capital, La Valeta, ya que tiene una panorámica única. Sin lugar a dudas será una imagen que se querrá atesorar tomando varias fotografías.
Paisajes naturales asombrosos
No podemos terminar el listado de sitios por visitar sin mencionar algunas de sus playas idílicas y paisajes impresionantes. Golden Bay, Ramla Bay y Ghajn Tuffieha Bay son las playas más concurridas por turistas y cada una de ellas tiene su propio sello que las hacen especiales.
La Gruta Azul es otro de los planes que no deben faltar, ya que esta cueva marina posee unos colores azules en el agua impresionantes. La mejor recomendación es subir a bordo de un bote y atravesarla, o subir al mirador para contemplar el increíble paisaje.
Por último, es necesario acercarse a otro de los paraísos que ofrece Malta, la Laguna Azul, una cala espectacular gracias al color turquesa vibrante de sus aguas y su arena blanca de ensueño.