Caen
Muy próximo a las playas del Desembarco se encuentra esta ciudad que fue muy castigada durante el “Día D” de la Segunda Guerra Mundial. De todas maneras, aún hoy conserva un patrimonio arquitectónico de gran riqueza, por lo que es un recorrido muy cautivador para los amantes de la historia.
Vinculado a la guerra, su punto más atractivo es el Memorial de Caen, un museo dedicado a la paz, levantado sobre un búnker alemán. Es sumamente recomendable la visita ya que en sus salas se presentan los puntos de vista de las partes en conflicto, el de los aliados y el de los alemanes.
Otros puntos de gran encanto en Caen son el barrio medieval en el que vivió la familia de la talentosísima Edith Piaf; la iglesia de estilo renacentista Saint-Pierre con sus majestuosos adornos; el castillo, construido por Guillermo el Conquistador; la casa renacentista de Escoville; y las abadías de los Hombres y de las Mujeres.
Giverny
Este pueblo debe su fama al gran maestro impresionista Claude Monet, quien se enamoró del lugar y decidió convertirlo en su lugar de residencia. Este encantador pueblo ubicado en una colina, y rodeado de prados verdes, fue retratado en muchas oportunidades por el pintor, captando el interés también de otros artistas de renombre.
Es obligatorio realizar una excursión a la casa y los jardines paradisíacos de Monet, actualmente convertido en museo, quien diseñó un jardín de estilo japonés con los nenúfares en primera plana, siendo una de sus tantas inspiraciones que luego reflejó en sus obras.
En Giverny el paseo puede continuar hacia el Museo de los Impresionistas, no solo para contemplar la colección exhibida, sino para conocer su entorno con el campo de amapolas que fuera también retratado por el famoso pintor. Y es tanta la vegetación deslumbrante que rodea a este pueblo que una excelente idea es disfrutarla desde un punto de vista completamente distinto: arriba de un globo aerostático. Una experiencia mágica sin dudas.
Rouen
A pesar de haber sufrido grandes destrozos a causa de la guerra todavía cuenta con algunas joyas arquitectónicas e históricas que llaman la atención al turista, además de ver sus iglesias góticas, viviendas con paredes de entramado y caminar por sus calles con aire medieval.
La “Ciudad de los 100 campanarios” es uno de los sitios imprescindibles de visitar durante un viaje por Normandía ya que vale la pena conocer algunas de sus construcciones religiosas fantásticas como la catedral de Notre-Dame, que sirviera de modelo para las obras de Monet; la Iglesia de Saint-Maclou con su entorno privilegiado; y, por último, la Abadía Saint-Ouen.
La foto con el famoso reloj Gros-Horloge es prácticamente obligatoria, ya que el mismo es ícono de la ciudad. Y, por supuesto, no se debe perder la oportunidad de acercarse a la historia de la reconocida heroína Juana de Arco, caminando por la plaza del Vieux Marché, lugar donde se realizara el juicio y posterior quema en la hoguera de la célebre francesa.
Le Havre
Al haber quedado casi destruida en su totalidad durante la Segunda Guerra Mundial esta ciudad tuvo que ser reconstruida completamente, y tal fue el excelente trabajo realizado por el arquitecto Auguste Perret, uno de los más prestigiosos del siglo XX, que le ha valido el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Le Havre es una ciudad moderna donde su arquitectura sorprenderá durante todo el recorrido. Entre sus principales atributos se debe destacar a la iglesia Saint-Joseph con su increíble torre linterna octogonal de más de 100 mts. de altura, símbolo de la ciudad. Otra de sus particularidades es que los laterales de la torre se encuentran cubiertos por cristales de varios colores, logrando un efecto muy llamativo.
Por último, es importante no dejar de visitar tampoco lugares como el departamento piloto de Perret, que presenta la propuesta del arquitecto para reubicar a sus habitantes luego de la guerra; el centro cultural “El Volcán” con su peculiar forma; la Maison de l`Amateur; el Museo de Arte Moderno, con grandes colecciones impresionistas; y los impresionantes Jardins Suspendus con las mejores vistas del puerto y de la bahía.
Bayeux
Su mayor tesoro, y al que le debe el reconocimiento mundial, es el tapiz de lana, bordado a mano, creado en el siglo XI. Este lienzo es un archivo histórico único ya que en sus casi 70 mts. de longitud narra la conquista normanda de Inglaterra, en manos de Guillermo el Conquistador.
Bayeux es uno de los destinos que se aconseja visitar sin excepciones, principalmente porque cuenta también con otros puntos de atracción turística como es el caso de su centro histórico. En su casco antiguo podrás sentirte que viajaste a la época medieval ya que conserva la arquitectura de esa época siendo la Catedral de Notre-Dame, inaugurada en el año 1077 por Guillermo el Conquistador, su gran emblema.
Otro sitio impostergable es el Museo Memorial de la Batalla de Normandía, donde se exhiben diferentes objetos utilizados en dicha guerra, así como fotografías de aquel hecho histórico. Y muy próximo a esta ciudad se localiza un cementerio de guerra donde fueron enterrados un gran número de soldados aliados.