En el corazón de los Balcanes se encuentra este país que reúne sitios que prometen brindar una increíble experiencia a todo aquel que incluya a Bulgaria como destino en su viaje.
Cuenta con una impresionante riqueza turística gracias a sus regiones naturales muy especiales, con playas, montañas y bosques, que se fusionan con pueblos rurales o ciudades históricas en distintos rincones del país.
Sofía
La capital de Bulgaria es una de las ciudades más antiguas de Europa, y como tal, cuenta con una arquitectura que expone la huella de su pasado, contando con edificios de diversos estilos y épocas.
El ícono de esta ciudad es la Catedral ortodoxa de San Alexander Nevsky, pero cuenta también con otros sitios religiosos muy interesantes como la mezquita Banya Bashi, ligada al imperio Otomano, las iglesias cristianas de Sveti Georgi y Sveta Petka, o la iglesia rusa de Sveti Nikolai.
Entre su oferta turística se puede destacar también al Teatro Nacional Ivan Vazov, el mítico Museo de Historia Regional de Sofía, el Palacio Nacional de la Cultura y la Galería de Arte Nacional.
Monasterio de Rila
A tan solo una hora y media en auto de la capital se encuentra el Monasterio ortodoxo de Rila que, sin lugar a dudas, es uno de los mayores atractivos de Bulgaria. Otros monasterios de menor tamaño e importancia son los de Bachkovo y Troyan, pero que también deberían figurar en el listado de imperdibles de Bulgaria.
Sus grandes dimensiones y el increíble colorido de sus frescos, le han otorgado el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Una vez que se traspasa la fortificación, y se ingresa al recinto, el detalle de sus murales en techos y paredes genera un alto impacto. Realmente vale la pena conocer este complejo del siglo X al que acuden gran cantidad de peregrinos por ser la sede espiritual por excelencia.
En Rila no solo se debe visitar el Monasterio, sino que, como ocurre en la mayoría de los sitios de Bulgaria, se encuentra rodeado por una naturaleza única, con bosques frondosos en los que se atraviesan glaciares, cascadas, ríos y lagos. Una gran idea entonces es realizar senderismo por la zona, para disfrutar caminando de la panorámica que regala la actividad.
Plovdiv
Es una de las ciudades más antiguas de Europa, con más de 6.000 años de antigüedad, y cuenta con un centro histórico de gran belleza.
Las fachadas de las viviendas del Renacimiento búlgaro aportan un fantástico colorido a sus calles, pero la ciudad demuestra también su historia romana con el emblemático Teatro Romano, en muy buen estado de conservación, además del Foro y el estadio romano.
Entre los obligatorios de visitar en Plovdiv no deben faltar la visita al barrio hipster de Kapana para conocer su ajetreada vida, tanto de día como de noche, como la mezquita de Dzhumaya, gran referente de la influencia del Imperio Otomano.
Veliko Tarnovo
Es la antigua capital de Rumania y la ciudad medieval favorita de este país. Todos los años recibe a un importante número de turistas para observar su centro histórico de gran encanto.
Su construcción estrella es la fortaleza de Tzarevets, con su extenso recinto amurallado sobre una colina. Pero es importante perderse por las calles de este increíble pueblo para ver la numerosa cantidad de edificios renacentistas, y las fantásticas obras religiosas, como la Catedral de las Ascensión. El colosal Monumento Asenid es otro de los protagonistas de Veliko Tarnovo que, si bien puede verse desde varios ángulos, se aconseja cruzar el puente para verlo de cerca.
Melnik
Una de las joyas desconocidas de Bulgaria es su ciudad más pequeña, Melnik, que además de tener un centro histórico muy bien conservado, se la considera como una reserva arquitectónica, con un gran número de edificios declarados monumentos culturales.
Caminar por el pueblo resulta un deleite visual gracias también al conjunto que forman las casas renacentistas. Sin embargo, el gran atractivo de este lugar proviene de la naturaleza, ya que allí se pueden apreciar unas formaciones geológicas de lo más extrañas. Producto de la erosión, estos montículos de arena han ido tomando diversas formas, adoptando varias de ellas la silueta de una pirámide.
Camino al Monasterio ortodoxo de Rozhen se pueden encontrar un número grande de pirámides, algunas llegando a alcanzar los 100 mts. de altura. Un espectáculo para dejar sin aliento a cualquier turista.
Belogradchik
Es otra pequeña ciudad en Bulgaria, pero a la que se la ha considerado en la votación de las siete nuevas maravillas del mundo. Y no es para menos, ya que posee la famosa fortaleza de Belogradchik, que se encuentra integrada con un paisaje espectacular, como es el conjunto de rocas de Belogradchik.
Es un fenómeno natural de millones de años de antigüedad, con rocas de formas curiosas que llegan a los 200 mts. de altura.
Es aconsejable aprovechar la visita a esta zona para conocer, además, una joya natural como es la Cueva Magura, formada hace unos 15 millones de años. En el recorrido se pueden contemplar estalactitas y estalagmitas, pero lo que más llama la atención son las pinturas rupestres de diferentes épocas, que abarcan desde el Paleolítico hasta la Edad de Bronce.