Eslovaquia es un país que esconde una gran belleza en su interior, al contar con nueve parques nacionales donde poder empaparse de la naturaleza que rodea. Bosques frondosos, verdes praderas y montañas ejemplares son algunos de los paisajes que se pueden encontrar en este pequeño país en el corazón de Europa.
Cuenta también con un gran número de castillos históricos, donde cada uno conserva su magia, además de pueblos con cascos antiguos de aire medieval que resultan admirables por mantenerse en el tiempo.
Bratislava
Es la capital de Eslovaquia y una de las ciudades más visitadas del centro de Europa. Es una pequeña ciudad que se encuentra a orillas del río Danubio, y a tan solo una hora de Viena, por lo que resulta una buena combinación.
Bratislava cuenta con un casco histórico de gran encanto, que vale la pena conocer recorriendo sus rincones. Entre sus edificios más destacados se pueden mencionar al Palacio Grassalkovich, la sede del poder, la Catedral de San Martín y el puente UFO de apariencia futurista. La Iglesia Azul de estilo Art Nouveau resulta también muy llamativa gracias al color azul de su fachada, de allí su nombre.
Su monumento ícono es el castillo de Bratislava, donde hoy funciona un museo de historia y antiguamente fuera el hogar de varios monarcas.
Otro de los imprescindibles en la capital de Eslovaquia es subir al Slavín, la colina más conocida de la ciudad, para disfrutar de las vistas panorámicas que regala, además de observar los monumentos que marcan distintos acontecimientos de la historia del país.
Parque Nacional de los Altos Tatras
Este sitio es el lugar ideal para quienes aman los deportes de montaña y disfrutan de hacer senderismo, al contar con los picos más altos de Eslovaquia y una singular belleza, gracias a sus espectaculares paisajes.
El Pico Lomnicky es uno de los más visitados, ya que se puede acceder también con un teleférico, y una vez arriba regala una vista panorámica que deja sin aliento. Es el segundo pico más alto del parque, con una altura de 2.633 mts.
Se ubica justo en el límite entre Eslovaquia y Polonia, y cuenta con lagos de montaña y una vegetación muy especial. Por tal motivo fue declarada reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993.
Cabe mencionar al Parque Nacional de los Bajos Tatras también para realizar senderismo e ir descubriendo cuevas, cañones, bosques y acantilados para entretenimiento de la vista.
Kosice
Kosice es la segunda ciudad más grande del país y en ella se concentran el mayor número de monumentos históricos del país, por lo que es obligatorio recorrer su llamativo casco histórico.
Su principal protagonista se encuentra en la Plaza Hlavné Námestie, la Catedral de Santa Isabel, la más importante y grande de Eslovaquia, y uno de los mejores modelos de arquitectura gótica occidental en esta parte de Europa.
Otros atractivos de esta ciudad son la Capilla de San Miguel, la Torre de San Urban, los restos de la Torre Urbanova Veza, la fuente musical, el teatro y el Museo del Este de Eslovaquia.
Castillo de Orava
Como mencionamos anteriormente, Eslovaquia se caracteriza por contar con numerosos castillos medievales, como el de Orava, uno de los más increíbles al tener una ubicación muy singular.
Su construcción en el siglo XIII se realizó en un acantilado bordeando el río, y hoy en día se lo considera uno de los castillos mejor conservados del país.
Bojnice
En la localidad de Bojnice se encuentra otro imponente castillo construido sobre la cima de una colina. Se conserva en muy buen estado y cuenta con la particularidad de tener una fachada de estilo romántico, pero con algunos guiños góticos y renacentistas también.
Pero el pintoresco pueblo de Bojnice cuenta con otra gran tentación para los turistas, ya que se trata de uno de los balnearios de aguas termales más antiguos del país. Combinar entonces la visita al castillo y luego tener un momento de descanso en uno de sus famosos spas es una gran idea en todo viaje.
Bardejov
Su principal encanto es que ha podido mantener el estilo medieval intacto, con sus casas burguesas, su sistema de fortificación y un casco histórico muy lindo.
En la lista de imprescindibles por conocer se encuentran el Ayuntamiento histórico, la primera edificación renacentista del país, y la Basílica de San Gil, de estilo gótico. El Museo al aire libre es otro de los puntos interesantes para visitar, conteniendo edificios realizados en madera de larga data.
Castillo de Spis
Es el castillo fortificado más grande de Europa Central, y si a eso se le suma que se encuentra arriba de una colina de 600 mts. de altura, sin lugar a dudas, resulta todo un espectáculo digno de ver.
Su construcción data del siglo XII y con los años ha ido adquiriendo distintos estilos arquitectónicos. En sus inicios fue propiedad de los reyes húngaros, posteriormente de otras tres familias para que, a partir de 1945, pasara a manos del Estado.
Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, siendo uno de los sitios históricos más visitados de todo el país.