Realizar un viaje por este extenso territorio seguramente dejará una huella en todo turista que se embarque en la experiencia de conocer cómo se vive de manera tan distinta a la nuestra. Un lugar donde coexisten budistas e hinduistas, y donde seguramente se verán situaciones duras por la extrema pobreza del país, pero donde, además, podrán descubrir grandes tesoros arquitectónicos que cuentan su historia.
Sin ir más lejos, tiene en su haber a una de las siete maravillas del mundo moderno, y también a un amplio número de mezquitas, templos, palacios y fuertes, con grandes detalles que llamarán la atención.
Agra
Esta ciudad es mundialmente reconocida por ser el sitio donde se encuentra el Taj Mahal, construido a orillas del río Yamuna. Este impresionante mausoleo de mármol blanco es un acto total de amor, ya que fue realizado por el emperador mongol Shah Jahan para rendirle homenaje a su mujer, fallecida durante el parto.
El Taj Mahal ha sido declarado como una de las siete maravillas del mundo moderno, por lo que recibe miles de turistas a diario. Se recomienda entonces llegar lo más temprano posible para evitar las largas colas y multitud.
En Agra se puede visitar también el Fuerte Rojo, que posee numerosos palacios en su interior, y regala también unas vistas panorámicas impresionantes desde sus torres. Es la fortaleza más importante de la India, aunque se encuentra eclipsada por el Taj Mahal.
Varanasi
Es una ciudad que no deja indiferente a nadie, donde los distintos ritos que se llevan a cabo a orillas del río Ganges, sin lugar a dudas, generarán un gran impacto.
Por ser una ciudad sagrada para los hinduistas se realizan allí las cremaciones de los cuerpos para luego arrojar sus cenizas al río. Pero en contraste con este rito funerario, a diario se puede ver a un gran número de peregrinos que se acercan también para ser purificados, bañándose en el río sagrado, además de poder observar a quienes lavan la ropa en sus aguas.
Además de pasear por sus calles para conocer sus diferentes templos y palacios coloridos, se recomienda observar su costa desde un barco, realizando un paseo por el Ganges, para ver sus edificios y las escalinatas que guían hasta el río, conocidas como ghats.
Amritsar
En la sede religiosa de la religión sij la construcción ícono es el Templo Dorado, un espectacular edificio que se construyó en una isla del Lago del Amrit. Su peculiaridad es que se encuentra cubierto con láminas de oro, de allí su nombre. Está abierto a todo el público, sin importar su religión, e incluso, se puede pasar la noche en ese lugar.
En esta ciudad se pueden observar a los fieles, los sijs, vistiendo sus turbantes muy singulares, quienes atraviesan miles de kilómetros para llegar a la ciudad sagrada.
Kerala
Una de las experiencias que no deben faltar en un viaje a la India es conocer los backwaters de Kerala. Los backwaters son una red de canales que tienen un recorrido de más de 900 kms., en los que se puede navegar a bordo de una barca tradicional. La excursión se destaca principalmente por poder conocer la rutina diaria de los lugareños, y disfrutar de uno de los escenarios más lindos, con algunas de las mejores playas que ofrece este país.
Otra de las actividades que se pueden realizar en la región es visitar las plantaciones de té en Munnar, y conocer las casas coloniales de la ciudad de Kochi. El estado de Kerala es ideal para relajarse, lejos de los duros contrastes y de la pobreza en otras zonas.
Jaisalmer
Una de las joyas de la India es Jaisalmer, o también conocida como la Ciudad Dorada, debiendo su nombre al color que le da la arena amarilla, tanto a su entorno como a la ciudad.
Se encuentra en el estado de Rajastán, en medio del desierto de Thar. Es uno de los lugares favoritos de los turistas ya que su ubicación, en la cima de una roca y coronada por un fuerte, ofrece unas vistas inmejorables.
Perderse por sus calles con rincones de ensueño es rodearse de palacios, templos jainas e hinduistas y mansiones antiguas de gran encanto. Y se puede culminar la visita realizando un paseo por las dunas, o pasando la noche en el desierto para admirar un cielo totalmente estrellado.
Delhi
La capital de la India es una ciudad que seguramente resulte difícil para adaptarse ya que la multitud de gente, sonidos y olores la convierten en una ciudad verdaderamente caótica.
Dicho esto, es un lugar que reúne varios atractivos que merecen la oportunidad de ser visitados, como la tumba de Humayun entre los más destacados, el Fuerte Rojo, el Raj Ghat, la India Gate, o la mezquita Jama Masjid, entre otros.
Jaipur
La capital de una de las regiones más populares, como es Rajastán, es conocida también como la ciudad rosa, ya que es el color que presentan las fachadas de los edificios desde una visita del Príncipe de Gales y de la Reina Victoria a fines del siglo XIX.
Entre los sitios más emblemáticos de esta ciudad se pueden enumerar al Palacio de los Vientos o Hawa Mahal, con su arquitectura ondulante; el Jantar Mantar, el observatorio astronómico; el Palacio de la Ciudad; el imponente Fuerte Amber o su agitado mercado.