La encantadora Francia – Parte I

Francia es uno de los sitios turísticos más reclamados por los viajeros y esto se debe, principalmente, a la fama obtenida por su emblemática capital, París. 

Pero Francia resulta un destino fascinante más allá de la Torre Eiffel y sus alrededores, ya que en sus tierras cuenta con otras ciudades con historia muy seductoras, y una naturaleza muy especial con playas envidiables, que la convierten en un país muy completo para satisfacer los requisitos de todo extranjero.

Lyon

Lyon es una de las ciudades más lindas para visitar dentro de Francia, que cuenta con una larga historia de más de 2.000 años de antigüedad. Posee una arquitectura que es reflejo de aquellos años, que ha sido acertadamente declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Perderse por las calles de Vieux Lyon, su barrio antiguo, es uno de los paseos obligados en esta ciudad. Subir en funicular hasta la Basílica de Notre-Dame de Fourviere, conocer el Teatro Galo-Romano, y disfrutar las exhibiciones de algunos de sus museos son otras de las posibilidades turísticas que merecen la pena descubrir.

Al recorrer esta ciudad se pueden disfrutar también los cientos de murales pintados sobre las fachadas de los edificios, que se encuentran desparramados por sus diferentes rincones. Estas obras de arte narran la historia y costumbres de la ciudad, y de la de sus figuras más importantes.

Costa Azul

Una de las zonas más visitadas por los turistas, sobre todo en épocas de calor, es la denominada Riviera Francesa, una de las costas más atractivas no solo de Francia, sino de todo el mundo. Está formada por Niza, Cannes y Saint Tropez, entre otras, como, por ejemplo, el Principado de Mónaco. 

Esta zona recibe a un gran número de celebridades, así como al turismo del jet set, ya que su clima la convierten en una excelente opción durante todo el año, especialmente en el verano, para tomarse unos días de descanso y divertirse en sus playas de aguas color turquesa. 

Burdeos

Otra de las ciudades que cuenta con un casco histórico que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad es Burdeos. Su centro se encuentra a orillas del Garona, y es un recorrido que no debe faltar para admirar la Catedral de Saint André y visitar el barrio de Saint Pierre.

Esta ciudad es conocida como la capital del vino, por lo que se caracteriza por ofrecer catas de vino en sus numerosos bares, regalando un momento único con la degustación de algunas de sus más reconocidas botellas. O para ampliar la experiencia se pueden recorrer algunas de sus seis rutas del vino, y conocer alguno de los varios chateaux de la zona.

París

La capital de Francia es una de las ciudades más románticas del mundo, siendo igualmente un excelente plan no solo para parejas, sino también en plan de viaje con familiares y amigos. La ciudad de la moda, a orillas del río Sena, cuenta con un abanico tan grande de edificios y monumentos que llaman la atención que definitivamente la estadía resultará de lo más placentera. 

La Torre Eiffel, símbolo de París, es una de las visitas indiscutidas durante el paseo por esta increíble ciudad, para admirar su construcción y la perspectiva panorámica que ofrece desde lo alto.

Visitar el famoso Museo del Louvre con una colección de algunas de las obras maestras más reconocidas a nivel mundial; observar a la mítica Catedral de Notre Dame y a la iglesia gótica Sainte Chapelle; caminar por la Avenida Champs Elysées para ver el glamour de sus comercios hasta llegar al Arco de Triunfo; y conocer el barrio bohemio de Montmartre, son algunas de las infinitas opciones que ofrece esta ciudad, a la que desearás volver para seguir conociendo cada uno de sus rincones.

Marsella

El pintoresco Puerto Viejo es uno de los principales sitios de interés de esta ciudad que es famosa, principalmente, por sus calas de ensueño.

Como la segunda ciudad más grande de Francia, cuenta con otros atractivos como Le Panier, la zona más antigua de la ciudad; el fuerte Saint Jean; el Palacio Longchamp; la Basílica de Notre Dame de la Garde; el Castillo de If; y la antigua Abadía de San Víctor. 

En las afueras de Marsella se ubica el Parque Nacional de las Calanques, el sitio perfecto para practicar senderismo, y disfrutar de unos paisajes que quitan el aliento, además de entretenerse en sus playas de aguas de color entre turquesa y azul.

Córcega

Esta isla es, sin lugar a dudas, una de las maravillas naturales más impresionantes de Francia, con 1.000 kms. de costa de aguas cristalinas. Este paraíso sobre el mar Mediterráneo es también Patrimonio de la Humanidad.

Córcega cuenta con playas de arena fina, acantilados escarpados, montañas de más de 2.000 mts. de altura, calas idílicas y bosques frondosos de pinos y viñedos que quedarán grabados en la memoria. 

Entre sus cinco reservas naturales destaca la Reserva Natural de Scandola, y se debe mencionar también Cap Corse, una de las regiones más salvajes de la isla, como otro de los puntos cautivantes por descubrir.

(continúa en la segunda parte)