La energía arrolladora de Brasil – Parte II

Porto de Galinhas

Considerada la mejor playa de Brasil, Porto de Galinhas debe su fama principalmente a sus impresionantes piscinas naturales donde, gracias a la claridad de su agua, se puede observar muy fácilmente la gran variedad de peces a puro color que habitan en los arrecifes de coral.

Para poder ver semejante espectáculo natural es preciso estar muy atentos a las tablas de la marea, ya que solo cuando la marea se encuentra baja es cuando se forman estos piletones que se llenan de peces. Una experiencia perfecta para los fanáticos del buceo, y tener la posibilidad de ver como los guías arrojan alimento a los peces y el revuelo que se genera en el agua es único también.

Además de su playa de arena blanca y aguas de temperatura ideal y cristalina, el pueblo Porto de Galinhas es realmente pintoresco. Posee un centro que, aunque resulta pequeño, mantiene un gran encanto, excelente para pasar unos días donde el ritmo se desacelere y donde uno se entregue al descanso.

San Pablo

Esta enorme ciudad cosmopolita no tiene a la belleza entre sus cualidades, pero aun así se encuentra entre una de las ciudades que integran este listado. Es que es muy posible que sea el lugar de llegada a este país o donde se haga escala, y la recomendación, de ser posible, es conocer sus calles desde las alturas, haciendo un paseo en helicóptero. Una aventura inolvidable, sin lugar a dudas.

Es una ciudad bulliciosa, con una gran vida nocturna, por lo que siempre contará con muchas actividades por hacer. Durante el día visitando el centro histórico, y recorriendo alguna de las tantas ofertas culturales, entre cantidad de museos y centros culturales al ser la meca del arte de Brasil. Además, cuenta con uno de los parques más frecuentados por los turistas, el Parque do Ibirapuera, donde hay varias opciones para realizar al aire libre.

Como mencionamos anteriormente, el abanico de posibilidades no se reduce sólo durante el día, ya que por la noche la ciudad florece ofreciendo varias alternativas culturales, como idas al teatro, divertirse en recitales y asistir a eventos internacionales, en combinación con una gran gastronomía para el deleite de nuestro paladar.

Pantanal (Mato Grosso)

Otra de las joyas naturales de Brasil es Pantanal, aunque resulte desconocido para la gran mayoría de los que han visitado ese país. Es una zona muy extensa que alberga una numerosa cantidad de vida salvaje esperando a ser descubierta.

Lo más interesante de este lugar es que al estar inundado la mitad del año, de allí su nombre, no hay tanta vegetación alta, por lo que resulta más sencillo el avistaje de la fauna local, entre yacarés, jaguares, tapires, ocelotes, anacondas y un gran número de aves, como tucanes. 

La mejor manera de verlos es a través de un paseo en lancha, aunque se puede también realizar la excursión a caballo o, por supuesto, en auto, aunque no tendrá la misma posibilidad de acceso. Por último, es fundamental aconsejar realizar el safari nocturno, una vivencia excepcional, donde se tendrá la ventaja de encontrarse con animales que permanecen durmiendo en sus guaridas durante el día y salen solo por las noches.

Ilha Grande

Esta isla conserva el atractivo de lo natural, siendo dueña de una naturaleza abrumadora con bosques, montañas, ríos, lagunas, cascadas y un centenar de playas de ensueño. Las actividades posibles son múltiples, y dependerá la elección según tus inclinaciones.

Ilha Grande es el lugar perfecto para los amantes de los deportes acuáticos, como el surf, windsurf, buceo o snorkel. Y los paseos en barco son otra de las excursiones muy demandadas por el turismo, siendo las favoritas las que se dirigen hacia las Islas Paradisíacas y a las Playas Sur.

Pero también para aquellos que disfrutan de hacer senderismo en esta isla encontrarán gran placer, recomendando particularmente la caminata a la playa Lopes Mendes, su principal punto turístico, o el trekking a la cima del Pico del Papagayo, donde se obtienen las mejores panorámicas de la isla y sus alrededores.

Florianópolis

Floripa, como también se la conoce, es una isla donde se puede combinar el descanso en sus playas paradisíacas y paseos por la selva, con su animada movida nocturna. Es un destino muy completo por lo que se entiende que se encuentre entre las preferidas por los turistas.

Sus principales puntos de interés son Lagoinha do Leste, una playa de difícil acceso, a la que se ingresa luego de una hora de caminata cruzando un bosque, o a bordo de un barco desde Pantano do Saul. Otra de las playas también remotas es la Playa de los Naufragados, pero en este caso, solo se puede llegar a ella luego de 40 minutos atravesando la vegetación.

Y muy cercano a Florianópolis se encuentra el pueblo Santo Antonio de Lisboa que, si se dispone de tiempo, resulta un paseo de lo más agradable. Es un pueblo cuyas casas poseen el sello típico azoriano, donde se venden artesanías y donde se pueden degustar los más ricos platos con mariscos, famosos en la zona.