Sicilia es la mayor de las islas italianas y Cerdeña posee el segundo lugar de la isla más grande del Mediterráneo. Ambas poseen características de gran encanto que las convierten en un destino más que tentador para conocer.
Paisajes montañosos, playas de arena y ciudades con historia para las dos islas que, con su clima cálido, resulta la combinación ideal para pasar unos días para pasear y relajar.
Es difícil establecer cuál destaca sobre la otra para visitar, al tener tantas ofertas interesantes tanto Sicilia como Cerdeña, por lo que se recomienda conocer a las dos y decidir por uno mismo cuál es de su preferencia.
Destinos en Sicilia
Taormina
La ciudad conocida como “La Perla de Sicilia” hace honor a su apodo ya que ofrece unas vistas panorámicas únicas de la llanura de Catania, Etna e Isola Bella que difícilmente se puedan encontrar en otro sitio. Esto se debe a que Taormina se encuentra en altura en un balcón sobre el mar.
Es un lugar al que acuden gran cantidad de turistas por lo que para poder disfrutarla de una mejor manera se aconseja visitarla fuera de temporada.
Pero además de sus fantásticas vistas cuenta con otros puntos de interés como es recorrer el Teatro greco-romano construido en el siglo III a.c., bajar a la playa de Isola Bella o subir a la Iglesia de la Virgen della Rocca que regala una vista aérea del entorno espectacular. Es una buena idea también pasear por su calle principal, Corso Umberto I, y divertirse en el ambiente de sus plazas con paisajes inmejorables.
Palermo
Es la capital de Sicilia y una de las ciudades más fascinantes para visitar. Su historia tiene una gran riqueza y, en consecuencia, cuenta con un importante patrimonio arquitectónico de diversas influencias que lo respalda. Hoy en día se pueden ver vestigios de todas las distintas civilizaciones que habitaron esta asombrosa ciudad.
Sus sitios obligatorios para visitar son la Catedral de Palermo; el Teatro Massimo, el más grande de Italia; el Mercado Ballaro; y el Palacio Normando. Pero es importante simplemente perderse por sus calles ya que la totalidad de la arquitectura que se puede observar es cautivadora prácticamente en cada rincón.
Y muy próximo a Palermo se encuentra la Catedral de Monreale, una de las más conocidas en Sicilia, gracias al impresionante trabajo que presenta en su interior con mosaicos realizados en oro puro.
Cefalú
Es una ciudad costera muy pintoresca con sus calles medievales estrechas y sus casas de color blanquecino. Estas características, junto con sus aguas turquesas y los botes de pescadores, de variados colores, amarrados en el muelle convierten a Cefalú en un destino mágico.
Posee edificios que atraen todas las miradas como la Catedral o Duomo entre varios sitios más, pero lo más tentador es su increíble playa o subir a La Rocca, el acantilado que custodia este pueblo de pescadores, desde donde se pueden observar las mejores vistas de la ciudad y su playa.
Monte Etna
Sin lugar a dudas debe ser una de las paradas incluidas en el viaje por Sicilia para conocer al volcán más alto de Europa, y uno de los más activos también.
Para quienes son amantes de la aventura una de las mejores experiencias será acercarse a la cima para ver algunos de sus cráteres y la fumarola que desprende. Es una visita que se debe realizar con un guía profesional que asegure que las condiciones de seguridad están dadas para subir.
Pero en el parque hay otras actividades para complacer a todos los turistas como realizar paseos o trekking por la zona admirando los paisajes que lo rodean.
Siracusa y la Isla de Ortigia
Siracusa es una ciudad moderna que cuenta con un principal destino atrayente y es el Parque Arqueológico de Neapolis, donde se debe visitar el anfiteatro romano, el enorme teatro griego y el oído de Dionisio, una gruta artificial con una acústica impresionante que resulta de lo más curiosa.
El centro histórico de Siracusa se encuentra en la isla de Ortigia, una isla de tamaño pequeño que está unida a tierra firme por el Puente Umbertino. La isla cuenta con varios tesoros como la Piazza del Duomo, el Templo de Apolo y la Fuente de Aretusa, entre muchos otros. Su casco es verdaderamente un derroche de edificios y palacios históricos de gran belleza.
Noto, Módica y Ragusa
Estas tres ciudades han sido declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y son una clara evidencia del impacto del arte barroco en Europa. La arquitectura de sus centros históricos está fuertemente vinculada a este estilo, siendo tanto sus palacios, catedrales e iglesias dignos de admirar por quienes valoran este tipo de arquitectura.
Ragusa se divide en dos partes: el sector más antiguo, el Ragusa Ibla y Ragusa Superiore, que se encuentra en la cima de la colina. Y Módica no solo destaca por su estilo barroco, donde se puede mencionar a la Catedral de San Jorge como un exponente maravilloso, si no que también es reconocida por su peculiar chocolate, el cual está realizado a la antigua.
(continúa)