Turquía es, sin lugar a dudas, uno de los destinos más completos para visitar si pensamos en todos los atractivos que ofrece a quienes la visitan.
Al ser una zona de paso entre Oriente y Occidente posee lo mejor de los dos mundos, con yacimientos arqueológicos del Imperio Romano que le brindan una gran riqueza en historia y arquitectura, una gastronomía variada y prestigiosa y un espectáculo natural que no deja de sorprender.
Estambul
Es una fantástica ciudad que mezcla las tradiciones de Oriente con la modernidad de Occidente de manera impecable. La antigua Constantinopla se encuentra repleta de estos contrastes que la convierten en una ciudad única y muy especial.
Entre sus sitios de interés se encuentran sus grandes mezquitas, como la Mezquita Azul y la de Santa Sofía, los Palacios de Topkapi y Dolmabahce, la significativa Plaza Taksim y la Torre de Gálata, cuyo mirador ofrece las mejores vistas de la ciudad.
El Gran Bazar, un lugar repleto de tiendas de todos los rubros, junto con el Bazar de las Especias, son el lugar ideal para quienes disfrutan de hacer compras de todo tipo de artículos.
Además, Estambul ofrece un sinfín de bares y restaurantes magníficos para deleitar el paladar con la exquisita gastronomía turca.
Y para poder ver esta vibrante ciudad desde una panorámica totalmente diferente una excelente idea es subirse a bordo de un crucero por el Bósforo donde se pueden apreciar las edificaciones más representativas de la ciudad a la distancia.
La Capadocia
Es uno de los lugares más populares de Turquía gracias a su gran atractivo natural. Esta zona se encuentra repleta de formaciones rocosas muy extrañas, llamadas chimenea de hadas, que le brindan un aspecto de lo más peculiar, por lo que es sencillo sentir como si hubieras viajado a otro mundo.
La erosión de hace miles de años provocó estas grandes rocas en sus valles que nos regalan un paisaje impresionante y mágico. Declarada Patrimonio de la Humanidad, también cuenta con varias cuevas excavadas en las rocas, con monasterios y ciudades subterráneas.
En el Museo al aire libre de Göreme y el valle de Ihlara se pueden encontrar parte de estas cuevas que funcionaban como iglesias, con gran variedad de frescos bizantinos en muy buen estado de conservación. Tampoco debe faltar la visita a una de las ciudades subterráneas como Kaymakli o Derinkuyu que seguramente te dejarán sin aliento.
Una experiencia sin dudas inolvidable, y de las actividades más famosas en esta región, es el paseo en globo aerostático al amanecer, donde serás afortunado de tener unas vistas privilegiadas de las formaciones bañadas con los primeros rayos de sol.
Pamukkale y Hierápolis
Otro de los espectáculos naturales más sorprendentes que tiene Turquía son las piscinas termales de Pamukkale, situadas en la ladera de una colina. El significado de la palabra es “castillo de algodón”, y estas terrazas blancas con forma redondeada contrastan con las aguas turquesas de sus piletones creando un panorama magnífico. Darse un baño en una de sus piscinas es un verdadero lujo.
Es una zona natural que se formó producto de los movimientos tectónicos de un terremoto que hicieron que brotaran hacia el exterior fuentes de aguas termales subterráneas ricas en minerales.
Y al lado de las piscinas se encuentra la antigua ciudad greco-romana de Hierápolis, donde se conservan ruinas de importantes edificios de la época.
Efeso
Es una de las ciudades antiguas mejor conservadas, siendo un lugar estratégico del Imperio Romano, por lo que es el sitio arqueológico más visitado de Turquía.
Cuenta con varios templos, en el que se destaca el Templo de Artemisa coronado como una de las siete maravillas del mundo antiguo, además de restos de casas, como la casa donde pasó sus últimos días la Virgen María. Durante la excursión también se debe visitar la Biblioteca de Celso y el Gran Teatro.
Troya
Es el escenario de un legendario mito, conocido por todos, donde tendrás la oportunidad de acercarte y conocer una réplica del famoso Caballo de Troya con el que los griegos se introdujeron en la ciudad fortificada para destruirla.
Esta ciudad debe su reconocimiento a la aparición en la obra literaria La Ilíada de Homero y, muchos años más tarde, en la película taquillera Troya, protagonizada por Brad Pitt.
Troya fue nueve veces reconstruida por lo que es un sitio arqueológico importante ya que se pueden apreciar las diferentes capas que van desde la Edad de Bronce hasta la época Bizantina.
Tumbas Licias de Myra
En la ciudad de Myra se encuentran las increíbles Tumbas Licias, un conjunto de tumbas rupestres, que datan del siglo IV AC. Lo espectacular de estas tumbas es que se encuentran excavadas en la roca, en una de las paredes de una montaña. Si bien hoy solo se conserva la fachada, ya que fueron totalmente saqueadas para robar el oro que había en su interior, es imposible desviar la vista de aquel lugar.
Y si te quedaste con ganas de ver más construcciones colgando de la ladera de una colina se puede visitar la región de Karadeniz, donde se ubica el Monasterio de Sumela, uno de los más antiguos del mundo.