Barcelona, tierra de lujo

Un enfoque diferente para conocer a la ciudad de Barcelona, la segunda ciudad más importante de España, es por agua, navegando sus costas mediterráneas en un tour en velero. Al llegar al puerto uno puede admirar algunos de los yates privados más grandes del mundo amarrados en Port Vell. Y luego, en la comodidad del barco, ir conociendo los lugares más emblemáticos de Barcelona desde una perspectiva diferente. Esta actividad acuática incluye las vistas de la playa Barceloneta, el castillo de Montjuic y la Sagrada Familia, entre otros, y de fondo, la montaña del Tibidabo. Es recomendable la puesta de sol sobre la pintoresca ciudad, ofreciendo increíbles vistas de Barcelona. Y toda esta panorámica mientras uno degusta aperitivos típicos españoles.

Siguiendo con su gastronomía, Barcelona ofrece grandes alternativas culinarias ya que cuenta aproximadamente con 22 restaurantes con estrellas Michelin, con alternativas de menú para todos los paladares exquisitos.

La oferta hotelera es de lo más variada y hay opciones para todos los bolsillos, pero si uno quisiera continuar con esa experiencia exclusiva cabe decir que el alojamiento de 5 estrellas representa el 15% del total de las plazas de Barcelona.

Retomando con el paseo, y ya en tierra firme, Barcelona nos brinda multitud de rincones por recorrer, y perderse por sus calles siempre es un buen plan. Una manera distinta de conocerla más en detalle es en bicicleta. Las bicisendas han tomado cada vez mayor protagonismo por lo que es posible utilizar este medio de transporte para ir recorriendo los diferentes puntos que esta gran ciudad tiene para ofrecer.

La Basílica de la Sagrada Familia es una de las visitas obligadas si uno se encuentra recorriendo esta ciudad. Obra del arquitecto modernista español Antonio Gaudí, aún se encuentra en construcción, comenzando este ambicioso proyecto en 1882. El exterior de esta basílica es verdaderamente asombroso, su diseño original contempla 18 torres dedicadas a importantes personajes de la biblia, como los 12 Apóstoles, la Virgen María, los cuatro Evangelistas y Jesús. Aunque actualmente solo 8 de ellas están terminadas, correspondiendo a los 4 Apóstoles de la Fachada de la Natividad y a los 4 Apóstoles de la Fachada de la Pasión. Cuando se termine de construir la torre más alta, que es la que va a estar dedicada a Jesús, la Sagrada Familia será la iglesia más alta del mundo.

Es aconsejable contratar a un guía experto para el recorrido para poder tener un acceso rápido a su interior, que es igual de sorprendente que su fachada. Inspirado en la naturaleza, el interior está compuesto por columnas de enormes dimensiones simulando verdaderos arboles de piedra, convirtiendo su interior en un gran bosque. Tal vez te pueda interesar también subir por el ascensor a la cima de las torres, ofreciendo unas vistas panorámicas verdaderamente fascinantes.

Continuando el paseo se encuentra el Parque Güell, obra también de Gaudí. Originariamente este proyecto se inició para la edificación de un conjunto residencial de lujo, pero al ser abandonado se construyó este parque de encanto. Son característicos sus largos bancos cubiertos de mosaicos de vivos colores, sus esculturas de animales y las columnas con forma de árbol. También es curioso el sistema de riego que empleó para recolectar el agua de lluvia. Es un paseo para recorrer tranquilamente y aprender un poco más sobre este original arquitecto en su Casa Museo.

Si te enamoraste de las obras de este genial arquitecto no podés dejar de pasar por el Paseo de Gracia que, junto con otros edificios modernistas, tiene dos que fueron realizados por Gaudí. Por un lado, Casa Batlló, también conocida como “Casa de los Huesos” por su peculiar fachada, y llamativa también por sus líneas curvas y materiales como el vidrio, piedra y cerámica. Y Casa Milá o La Pedrera, con su original exterior, y con chimeneas con figuras maravillosas en forma de guerreros. Ambas viviendas pueden ser visitadas en su interior. Algo que se repite en las obras de Gaudí son las grandes influencias de la naturaleza. Él sostenía que en ella “no hay líneas rectas ni ángulos rectos” y por tal motivo tampoco debían existir en los edificios por lo que en sus obras podemos encontrar fachadas ondulantes.

Otra de las vistas que ofrecía el paseo en yate era la del Castillo Montjuic. Situado en este monte, al que se puede llegar en teleférico, esta fortaleza defensiva es un estupendo mirador, ofreciendo una vista espectacular de Barcelona y del mar. Su recorrido incluye paseo por jardines y parques muy cuidados y un gran recinto amurallado con varias actividades para desarrollar. Además, en este monte se encuentran otros atractivos para conocer como el Museo Nacional de Arte de Cataluña, y la Fuente Mágica, que presenta una exhibición de luces y agua.

Y después de tanto paseo un merecido descanso en la playa Barceloneta, la más extensa de la ciudad, y la más concurrida por turistas extranjeros. Es una playa urbana con un lindo ambiente y con una gran oferta de restaurantes y bares. Vale la pena sumergirse en sus aguas turquesas si el tiempo lo permite.

Barcelona se ha convertido como el segundo destino del turismo mundial si nos referimos al turismo de lujo, únicamente por detrás de la ciudad de Nueva York.