Japón y sus grandes contrastes

Es uno de los países más fascinantes que se pueden visitar ya que combina la tradición con la tecnología y modernidad conviviendo en perfecta armonía. En un mismo lugar se mezclan los templos milenarios y espirituales con la vanguardia, y no debemos olvidar su exquisita gastronomía con su pescado fresco como el sushi, ramen o tempura.

Japón cuenta con muchos lugares interesantes para conocer debido a ser un país de gran tamaño, pero vamos a comentar algunos de los imprescindibles que no pueden dejar de verse en la visita al país nipón.

Tokio

Es su capital y una de las ciudades más grandes y superpobladas del mundo, que cruza rascacielos con templos, y tradiciones milenarias con tecnología de lo más avanzada.

Además de sus rascacielos cuenta con templos como el Senso-Ji en el barrio de Asakusa, el más antiguo de Tokio, construido en el año 628. Es reconocido por su enorme puerta Kaminari-mon de la que cuelga una gigantesca linterna.

Y para los amantes del animé y todas sus variantes se encuentra el barrio Akihabara, imperdible para los fanáticos, pero también para aquellos que simplemente desean conocer esta cultura. O el barrio de Ginza, conocido por ser la zona más elitista de Tokio y comparado con la Quinta Avenida de Nueva York, con sus grandes marcas de lujo.

Y otra de las actividades que podemos realizar es contemplar el atardecer sobre Tokio desde la isla artificial de Odaiba, a la que se puede acceder a través de un crucero futurista.

No podemos irnos sin ver la intersección de Shibuya, el cruce de peatones más transitado de todo el planeta. Alrededor de 1 millón de personas atraviesan diariamente este famoso cruce y, a pesar de este increíble número que bien podría generar caos, el paso se realiza de manera ordenada.

Otra gran alternativa para conocer Tokio es desde el aire, arriba de un helicóptero, para tomar verdadera noción de las grandes dimensiones de esta ciudad.

Kioto

Como la antigua capital de este país cuenta con el mayor número de templos e historia del Antiguo Japón, como el Castillo Nijo, el Templo Kinkakuji (o Templo del Pabellón Dorado) y el Templo Jisho-Ji (o Templo del Pabellón de Plata).

Conocida también como la ciudad de las geishas, es aquí el lugar ideal donde es posible convertirse en maiko, gesiha o samurai por algunas horas. 

Infaltable es el paseo por el inmenso Bosque de Bambú de Arashiyama para disfrutar de una agradable caminata custodiados por estas altísimas plantas de más de 20 mts. de altura.

El templo Fushimi Inari-Taisha es uno de los santuarios más visitados del país gracias a sus interminables arcos de puertas torii de intenso color naranja, donaciones cada uno de ellos de comerciantes y de familias acaudaladas.

Y desde aquí se pueden realizar varios paseos trasladándose con el tren bala como medio de transporte entre los que destacan Miyajima, Hiroshima, Osaka y Nara.

Por mencionar algunos de ellos, Miyajima es conocida a nivel mundial por su símbolo, la destacada Puerta Ootorii, un torii de madera flotando en el mar que, cuando la marea lo permite por encontrarse baja, se puede llegar a ella a pie. Otra de sus atracciones es el santuario de Itsukushima, y a diferencia de la puerta torii, es recomendable visitarlo cuando la marea se encuentra alta ya que al estar construido parcialmente sobre el mar su encanto es aún mayor.

Y en Nara se encuentra el templo Todaiji, donde podemos ver al impactante Gran Buda, la escultura de buda en bronce más grande de Japón, una de las visitas obligadas ya que tiene una mística que resulta difícil de poner en palabras.

Shirakawa-go

Es un pueblo tradicional rodeado de montañas y atravesado por un río en pleno corazón de los Alpes Japoneses. En 1995 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se destacan sus típicas casas construidas al estilo Gassho-zukuri o “construcción con las palmas de las manos juntas”. Sus techos de paja, muy inclinados, para ayudar a que la nieve se deslice y no se acumule provocando posibles daños en la estructura, hacen que parezca que el tiempo se detuvo en aquel lugar.

No se puede dejar de realizar la subida al mirador de Shiroyama para tener una vista amplia de la aldea con sus llamativas casas, en particular cuando se encuentra todo nevado.

Castillo himeji

Es el castillo más visitado del país, al ser de los pocos que se conservan intactos de la Edad Media. Y es el edificio de madera más grande de todo Japón. Se lo denomina “La Garza Blanca” por simular la forma de esta ave en pleno vuelo y por su color blanco impoluto.  

Tiene también la particularidad de estar arriba de un monte rodeado de cerezos, brindando un espectáculo único con la fusión de la construcción y la naturaleza.

Es imposible de desglosar todo lo que se puede visitar en Japón, ya que hay infinidad de propuestas y todas ellas merecen la oportunidad de conocerlas. Lamentablemente uno estará atado a la cantidad de días que tiene para recorrer y tendrá entonces que definir su viaje según sus intereses.